Si tú también te sumerges en un mar de dudas cuando lees cualquiera de estas etiquetas en un cosmético, te animamos a que leas el siguiente post sobre “los apellidos” de la cosmética
¿Son lo mismo la cosmética natural y la cosmética ecológica?
No, no son lo mismo, pero tienen en común que las dos cosméticas deben estar certificadas para poder llamarlas natural o ecológica, y lo mismo ocurre si es vegana.
¿Cuántas veces nos hemos encontrado en una etiqueta que pone 100% natural o un BIO en grande y al lado pone que se refiere solo a los activos vegetales que lleva?
¡Estos pueden corresponder a menos del 0’1% del total de la fórmula! Por lo que es importante aprender a distinguir los sellos que certifican que el producto que tienes entre manos es natural o ecológico.
¿Qué es la cosmética natural?
Para empezar, la cosmética natural, según la definición de la norma COSMOS, no puede tener más del 2% de fracción de origen petroquímico; no puede contener ingredientes modificados genéticamente ni nano-partículas en su composición.
Además, se tienen en cuenta aspectos sociales y medioambientales a la hora de fabricar, que dependiendo de la certificadora son más o menos estrictos.
La cosmética ecológica debe cumplir todas estas características de la cosmética natural pero además, no está permitido que lleve productos que sean bioacumulables (ingredientes que se acumulan en el organismo o en el medio ambiente) o no biodegradables, o dudosos.
Además, la fórmula ecológica debe cumplir que, como mínimo, el 95% de ingredientes certificables, deben ser ecológicos.
Es decir, los ingredientes de origen agropecuario que lleve el producto deben ser ecológicos y, como mínimo, el 20% del total de la fórmula debe ser ecológico, (sin contar con los productos de procedencia mineral, como el agua, arcillas, sales, etc.)
Esta cantidad se reduce al 10% si son productos que se aclaran, como el champú, o tienen, al menos, el 80% de su composición de origen mineral, como ocurre con los polvos compactos de maquillaje.
Un poco de jaleo, ¿no? Si tienes alguna duda, déjanos un comentario.
Cosmética bio y cosmética orgánica
Finalmente, aclarar que la cosmética ecológica es lo mismo que la orgánica y la biológica, ya que esto depende del idioma en el que hablemos o cómo nos apetezca decirlo: ecológica en español, organic en inglés y biologique en francés.
La importancia del INCI
El INCI, o listado de ingredientes en nomenclatura internacional, cobra especial importancia, por lo que si quieres saber qué es lo que lleva tu cosmético realmente y qué procedencia tiene, debes fijarte bien en su composición.
Es obligatorio escribirlos por orden decreciente hasta la proporción del 1% y, a partir de menos del 1%, se pueden ordenar como se quiera, por lo que nunca sabemos con certeza en qué proporción están los activos, sobre todo si están al final de la fórmula.
Los activos vegetales salen reflejados por su nombre científico, como el aceite de oliva, que se llama Olea Europaea Fruit Oil.
En cosmética certificada, estos nombres, si son de procedencia ecológica, deberán marcarse con un asterisco y cuanto más arriba estén en el listado INCI, nos indicará que se encuentran en mayor proporción y, por lo tanto, más ecológica será la fórmula.
Para ponerlo más fácil, existen webs y aplicaciones que nos traducen los ingredientes y pueden ser de ayuda aunque, bajo nuestro punto de vista, no reflejan la calidad del cosmético, aunque sí pueden ser útiles a la hora de identificar o traducir los ingredientes. Os dejamos algunas:
Cosmética no testada en animales o cruelty-free
Todavía nos encontramos con este reclamo en muchos productos cosméticos aunque ya no tiene sentido, pues todo producto o ingrediente cosmético que se venda dentro de España, no puede estar testado en animales. Tampoco se pueden añadir los siguientes logos que habitualmente observamos:
Desde 2013, la experimentación con animales en cosmética quedó totalmente prohibida en Europa, pero hay certificadoras que incluyen específicamente un sello para que el cliente lo tenga claro, aunque se considera (si la marca realmente no tiene criterios éticos) greenwashing o publicidad desleal, ya que el resto de cosméticos fabricados en España no han testado en animales tampoco, aunque no lleven el sello.
Es cierto que aquí puede haber un vacío, cuando adquirimos ingredientes que llegan directamente de países fuera de Europa, como China, donde no está prohibida la experimentación con animales, aunque debemos saber que cada vez es más infrecuente.
Aquí entran en acción de nuevo las certificadoras de cosmética ecológica o natural, que garantizan que existe una trazabilidad desde el origen de los ingredientes hasta el producto final, que asegura que no se han utilizado ingredientes ni procesos donde se haya experimentado en animales.
En definitiva, podemos resumir este post diciendo que la información es poder y como consumidor/a debes informarte o preguntar sobre todas las dudas que tengas hasta conocer bien la cosmética que estás utilizando o está utilizando tu familia.
Sea como sea, esté certificada por una casa o por otra, es importante consumir de cercanía, conociendo los procesos y a las personas que lo fabrican y están detrás de todo el engranaje, siendo éste el aval y el certificado más importante de todos.
Además, merece la pena dedicar unos minutos en comprender el INCI de cada producto que aplicamos sobre nuestra piel, pero entendemos que a veces no es fácil, por lo que si tienes alguna duda, déjanosla en comentarios.
¡Gracias por leernos!
Diferencias entre cosmética natural y ecológica