Soy Alba Batalla, fundadora de Abella Biocosmética y Abella Lab, y hoy quiero contarte cómo ha sido mi desarrollo profesional en el mundo de la cosmética ecológica desde que, en 2005, elaboré mi primer jabón.
Muchos años resumidos en cinco minutos de lectura que, espero, disfrutéis tanto como yo lo he hecho rememorándolos.
La semilla
La semilla de Abella Bio vino de la mano de otra de las semillas más importantes de mi vida; la de mi primer embarazo.
Un día, alguien me regaló una crema anti-estrías y me di cuenta de que muchos de los ingredientes presentes en aquella fórmula no eran, ni mucho menos, lo más adecuado para la vida que estaba creciendo dentro de mí.
Por aquel entonces, yo ya llevaba varios años investigando y formulando productos naturales de limpieza para el hogar, y compartiendo todo lo que descubría y fabricaba a través del blog “Jabones de Guara”.
El blog
La fabricación de jabones me enganchó; fui probando fórmulas y técnicas nuevas, diseños y colores, a partir de las plantas que crecían en mi huerto, el aceite de oliva de los árboles centenarios de la familia y los productos de mis colmenas.
El blog era una forma de poder guardar este trabajo y compartir mi experiencia.
Lo mantuve activo entre 2008 y 2018 y, como suele ocurrir, las personas de mi círculo más cercano fueron las primeras en interesarse por los productos que fabricaba.
Gracias a éstas, me plantee hacer de la fabricación cosmética una forma de vida.
La primera fórmula
En el 2017 inicié mi proyecto: empecé a documentarme, formarme y a buscar un lugar para poder construir mi laboratorio en Bierge.
Paralelamente, empecé a trabajar en el laboratorio de Montgai, a donde me desplazaba desde la Sierra de Guara para poder formular de forma profesional, controlada y legal.
En 2019, legalicé mis primeras fórmulas, después de más de 2 años y 2 meses de trabajo documental.
La experiencia de Montgai hizo darme cuenta de que faltaba un espacio similar en mi zona; un lugar en el que otros artesanos de la cosmética pudieran aprovechar las instalaciones para dar forma a sus propias creaciones.
Por eso, cuando decidí comenzar los trámites para construir mi propio laboratorio en Bierge, tuve claro que aquel debía ser un espacio compartido en el que poder crear sinergias con otros proyectos interesados en el mundo de la cosmética natural.
Abella Lab
Tras dos años de papeleos, trabajo y esfuerzo invertidos, el laboratorio vio por fin la luz a mediados de junio del 2021.
Su construcción se realizó mediante bioconstrucción y, además, siguiendo el estándar Passivhause.
Tenemos una instalación solar aislada, por lo que generamos el 100% de la energía que necesitamos para trabajar, teniendo un gran impacto a nivel energético y medioambiental, además de conseguir un ambiente sano y respetuoso con nuestra salud y el entorno.
Hoy tengo la suerte de poder compartir este espacio con otros ocho proyectos que trabajan de forma habitual en el laboratorio, y otros dos que lo utilizan de manera puntual.
Para todos ellos, también imparto asesoramiento y formación, además de ejercer como técnica responsable de cara a la AEMPS y supervisora de sus lotes y productos, antes de su liberación.
Abella Lab es un espacio común para compartir sueños, esfuerzo, dificultades y, como no, éxitos y alegrías.
Abella Bio
En 2019, a la par que Abella Lab, nació también la marca Abella Biocosmética, tal como la conocéis hoy en día.
La “abella” (“abeja” en aragonés y en gallego, de donde vienen mis raíces), es un gran bioindicador.
Este insecto y su evolución nos indican que estamos haciendo algo mal; el uso de monocultivos industrializados, pesticidas y prácticas agrícolas inadecuadas, además de la contaminación ambiental, hacen que se reduzca drásticamente la biodiversidad (tanto natural como cultivada).
Por eso, me pareció un nombre acertado, como signo de biodiversidad, sensibilidad y resiliencia.
Siempre pienso en que cada producto fabricado y que llega a las manos de un cliente, es como una abeja, que lleva su polen a cuantas flores puede, para seguir aumentando la biodiversidad y dando un poco de esperanza de que las cosas se pueden hacer de otro modo, produciendo, no solo sin contaminar, si no mejorando la situación presente.
Por eso, en Abella Bio, creamos cosmética ecológica y con ingredientes de proximidad y, además, apostamos por los productos concentrados o sólidos, ya que reducen el impacto medioambiental significativamente.
El futuro
Tengo la suerte de poder decir que he cumplido el sueño de tener mi proyecto de laboratorio compartido y cosmética ecológica, en la que la efectividad de los productos y el respeto por la naturaleza y nuestro organismo van siempre de la mano.
Sin embargo, sé que este camino solo acaba de empezar.
Siempre estoy enfrascada en el lanzamiento de nuevas fórmulas y líneas de tratamiento, algunas de las cuales verán la luz muy pronto; ¡qué ganas de que las conozcáis!
Pero, además, estoy continuamente trabajando en el laboratorio para conseguir que sea un espacio todavía más colaborativo.
Si queréis conocernos en persona, os esperamos en Bierge, donde tenemos nuestra tienda física y laboratorio, lugar desde el que os enviamos un fortísimo abrazo y un millón de gracias por leer nuestra historia, apoyar nuestro proyecto y a todos los proyectos rurales y sostenibles que demuestran que otra forma de vivir, trabajar, pensar y consumir es posible.
Alba.
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